Rayados con stencil en la escuela de Pisco Elqui
“El valle es casi un tajo en la montaña. Allí no queda sino hambrearse o trabajar todos, hombres, mujeres y niños. El abandono del suelo se ignora; estas tierras como de piel sarnosa de lo baldío o de lo desperdiciado, donde no hay roca viva que aúlla de aridez, donde se pueda lograr una hebra de agua, allí está el huerto de durazno, de pera y granado: o está, lo más común, la viña crespa y latina, el viñedo romano y español, de cepa escogida y cuidada. El hambre no lo han conocido esas gentes acuciosas, que viven su día podando, injertando o regando; buenos hijos de Ceres, más blancos que mestizos sin dejadeces criollas, sabedores de que el lote que les tocó en suerte no da para mucho y cuando más da lo suficiente; casta sobria en el comer, austera en el vestir, democrática por costumbre mejor que por idea política, ayudándose de la granja a la granja y de la aldea a la aldea. Y raza sana, de vivir la atmosfera y el arbolado, de comer y beber fruta, cereales, aceites y vinos propios”
Gabriela Mistral
¡SALUD!
*Página 22, Por la tierra en flor, Gabriela Mistral, editorial Alcohuaz.
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